Del mismo modo que he querido resaltar la importancia de otros aspectos
además del vino, me gustaría dedicarle alguna entrada a las fiestas patronalesriojanas porque también tienen su importancia y curiosidad.
Obviamente dependiendo de la amplitud del término y por lo tanto, la capacidad económica del ayuntamiento, las fiestas serán más o menos grandes, tendrás más o menos actividades, duraran más o menos pero en todas destaca la diversión y el despilfarro. Sea la fecha que sea, en el momento que llegan las fiestas los pueblos se visten de cintas adornadas con pequeñas banderas de la comunidad, del país y la propia del pueblo.
La iglesia y en concreto la patrona o patrón vestirá sus mejores mantos y portará las más bellas flores y la plaza del pueblo estará ocupada por alguna que otra tómbola donde se pueden adquirir peluches, mecheros o trompetas, entre otros. Algo que tampoco puede faltar, es la charanga, ese grupo de músicos con diferentes instrumentos que dar armonía a las calles de los pueblos y animan el ambiente. A partir de la madrugada será la orquesta la que se encargue de amenizar a los que más aguante tienen sin olvidar que al otro día la gran mayoría de ellos tienen comida o cena de quintos, cuadrilla o familia en el bar más famoso del pueblo, en algunos casos en los únicos.
También es común las comidas comunes que el ayuntamiento suele patrocinar como grandes paelladas, bocadillos de chorizo y pan o patatas a la riojana. Luego, cada pueblos añade algún ritual propio; en los más grandes como Alberite se elige al rey y reina de la fiesta, en Viguera al final de cada noche la orquesta debe tocar el ‘Chulo’ una sintonía que va aumentando de ritmo y que los vecinos bailan alrededor de una fuente, en Sorzano los más jóvenes se visten de curas y teatralizan el ‘entierro de la cuba’ frivolizando los últimos chismes del pueblo o en Villanueva se destina una de las noches de fiesta a una temática y todos los vecinos deben acudir disfrazados de ella.
Obviamente dependiendo de la amplitud del término y por lo tanto, la capacidad económica del ayuntamiento, las fiestas serán más o menos grandes, tendrás más o menos actividades, duraran más o menos pero en todas destaca la diversión y el despilfarro. Sea la fecha que sea, en el momento que llegan las fiestas los pueblos se visten de cintas adornadas con pequeñas banderas de la comunidad, del país y la propia del pueblo.
La iglesia y en concreto la patrona o patrón vestirá sus mejores mantos y portará las más bellas flores y la plaza del pueblo estará ocupada por alguna que otra tómbola donde se pueden adquirir peluches, mecheros o trompetas, entre otros. Algo que tampoco puede faltar, es la charanga, ese grupo de músicos con diferentes instrumentos que dar armonía a las calles de los pueblos y animan el ambiente. A partir de la madrugada será la orquesta la que se encargue de amenizar a los que más aguante tienen sin olvidar que al otro día la gran mayoría de ellos tienen comida o cena de quintos, cuadrilla o familia en el bar más famoso del pueblo, en algunos casos en los únicos.
También es común las comidas comunes que el ayuntamiento suele patrocinar como grandes paelladas, bocadillos de chorizo y pan o patatas a la riojana. Luego, cada pueblos añade algún ritual propio; en los más grandes como Alberite se elige al rey y reina de la fiesta, en Viguera al final de cada noche la orquesta debe tocar el ‘Chulo’ una sintonía que va aumentando de ritmo y que los vecinos bailan alrededor de una fuente, en Sorzano los más jóvenes se visten de curas y teatralizan el ‘entierro de la cuba’ frivolizando los últimos chismes del pueblo o en Villanueva se destina una de las noches de fiesta a una temática y todos los vecinos deben acudir disfrazados de ella.
Lo que no cabe
duda es que en todos ellos la noche terminara con lo mejor de cada casa,
‘paquito el chocolatero’ y la canción de ‘Makoki’.
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